Nazanín Amirian: "El boicot y la abstención serán la nota general de las elecciones iraníes"

[Publicado el 14/03/2008 en ADN.es]
La escritora y politóloga iraní desgrana en una entrevista con ADN.es las claves de unos comicios parlamentarios que los partidos de la oposición no consideran libres y piden boicotear l 43 millones de electores están llamados a las urnas

Nazanín Amirian salió de Irán en 1983 por motivos políticos y llegó a España, donde fijó su residencia en Barcelona, de forma accidental. "Según las normas internacionales, hay que pedir asilo político en el primer país democrático que uno pisa", comenta.

Licenciada en Ciencias Políticas y profesora-tutora en la UNED es una de las voces de referencia en nuestro país en temas relacionados con el Golfo Pérsico. A través de una docena de libros, trata de dar a conocer "el verdadero Irán, que tiene poco que ver con el que ven en los medios de comunicación", afirma. Recientemente ha abierto un blog "para que la comunicación sea más fluida".

Son 43 los millones de iraníes, de un total de más de 70 millones de habitantes, los que están llamados hoy a las urnas para elegir a los 290 integrantes del Majlis, el Parlamento unicameral. El líder supremo del país, el conservador ayatolá Ali Jamenei ha hecho un llamamiento para que se acuda en masa a votar, al tiempo que las voces críticas con el régimen vigente denuncian falta de libertad en los comicios y piden la abstención.

En Irán se vota sin la presencia de interventores en las mesas electorales.

-En estas elecciones 2.600 candidatos han sido rechazados. La nobel de la Paz iraní Shirin Ebadi afirma que estas elecciones no son libres

El Consejo de los Guardianes viene rechazando a los candidatos "molestos" desde 1982, año en el que la totalidad de los partidos políticos, los sindicatos y las asociaciones civiles fueron perseguidos y puestos fuera de la ley. A partir de entonces, sólo se permite entrar en las llamadas "elecciones" a diferentes facciones del poder islamista, para dar la imagen de pluralidad.

-Hablan las crónicas de un posible desinterés de la población de cara a estos comicios. ¿Cuál es su impresión?

Sin duda el boicot y la abstención serán la nota general. Alrededor del 90 por ciento de los partidos políticos de la oposición y también de diferentes facciones del propio régimen islámico han pedido la "no participación". ¡Aunque las cámaras nos enseñaran colas de 60 personas en los colegios electorales en un Teherán de 12 millones de habitantes, por ejemplo!

-Se dice que los reformistas, que vienen de controlar tan sólo el 20% de los escaños parlamentarios, tienen depositados sus opciones de crecimiento en el voto femenino y en el de los jóvenes. ¿Es así?

Quien decide la composición del Parlamento no es el electorado, sino los órganos no electos, como el Consejo de Vigilantes de la Constitución, que ya rechazó la candidatura de aquellos que no concordaban con su línea ultraconservadora. Pero aunque los ciudadanos pudieran votar libremente, tanto por la experiencia amarga con los reformistas -su absoluta sumisión hacía los ultras- como por el boicot que defienden destacadas personalidades, como Ebadi, los jóvenes y las mujeres no les votarán. Son secotes muy decepcionados por la gestión de Mamad Jatami (reformista y presidente iraní entre 1997 y 2004)

-¿Se puede hablar de voto femenino como tal o no es algo homogéneo?

Hay agrupaciones de mujeres Usulgarayan, literalmente "fundamentalistas", seguidoras de la línea del presidente Ahamadineyad; las reformistas se han dividido en una minoría que anima a participar y en una mayoría que apuesta por boicotear las elecciones por "ser antidemocráticas". Entre ellas, Ebadi, que junto con las moderadas y las feministas laicas han pedido a la población que no entre en lo que han llamado "teatro".

-Se apunta al paro y a la inflación como los asuntos que más preocupan a los iraníes, ¿qué hay del tema nuclear, interesa al ciudadano de a pie?

La cuestión nuclear para Bush y compañía es un pretexto para atacar Irán, para debilitarlo y apoderarse de sus inmensas reservas de petróleo. Para las autoridades del país es una herramienta para desviar la atención pública de los graves problemas del país -la galopante inflación, el desempleo de unos 18 millones de jóvenes- y para disimular las consecuencias de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, que ya están afectando a la vida diaria de los ciudadanos. Cientos de empresas y fábricas han cerrado por falta de inversiones extranjeras y nacionales, en un Irán amenazado con una agresión militar Estadounidense-israelí.

-¿Se atreve con un pronóstico de resultados, que no se conocerán hasta la próxima semana?

Se producirá un aumento de la presencia de los militares en el Parlamento, en perjuicio del clérigo. Vamos hacia ¡una República islámica pretoriana!

-¿Tiene un resultado ideal?

Simplemente no existe. El primer paso tendría que ser la separación entre el Estado y la religión

-Es difícil para un occidental imaginarse cómo es el día a día de la vida de los iraníes. Si nos guiamos por las informaciones que llegan a través de los medios da la impresión de que hablamos de una sociedad atemorizada, crispada con el extranjero...

Allí la vida transcurre con 'normalidad', como aquí. Uno aprende a adaptarse a las circunstancias. Los niños estudian, los padres trabajan y los activistas intentan empujar este carro hacia delante. Por cierto, esos días celebramos el Nouruz, la fiesta del año nuevo iraní (el primer día de la primavera), con unos 5 mil años de historia. Esperemos que las cosas en el año que viene cambien a mejor, aunque el panorama de la región y, por lo tanto, el de nuestro país, es bastante preocupante.

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